Sunday 22 November 2009

Escuchame Robertito

A veces me sorprende que todavía pensemos que podemos seguir siendo los mismos. La vida pasa y eso no es joda, che. ¿Vos qué creés? ¿Qué los días pasan para ser contados nomás? Pero mirá la sarta de boludeces que decís, escuchate un segundo Robertito. ¡Razona, carajo! Que la vida es una historia de cambios, que sin cambios no hay vida. ¡Las cosas que pueden pasar en un día! Incluso ahora suceden cosas que ni te imaginas pero que te están trastocando para que nunca más vuelvas a ser el de hace dos segundos. Sí, reíte Robertito… ¡Me cacho, che…! Acá a uno nunca se lo toman enserio. Yo no soy un vago descalabrado como ese Juancito que viene acá a chuparse unas birritas porque la mujer lo engaña con otro. Yo tengo una familia decente y un trabajo que me tiene como estoy… y bueno, uno hace lo que puede. A veces la vida te da un patadón y te deja como sapo de charco chico… ¿No te digo? Todo cambia… por eso, dejate de joder con eso de que estás más solo que un perro. Si de verdad tenés ganas de hacer algo por vos, ¡salí a buscarlo! Acá sentado en este barsucho de cuatro por tres no vas a encontrar ni a mamerta. Fijate, si vos ahora te decidís a cambiar, todo el universo se va a alinear para hacer posible tu metamorfosis. Escuchame que yo sé de lo que te hablo, como sí te fuera a embromar con cosa tan seria.
Una vez escuché que alguien decía que los segundos eran portadores de realidades extrapoladas en dimensiones diferentes y que cada segundo que pasaba era una apertura a una de esas realidades. Pero para poder percibir semejante sutileza hacía falta una mente completamente atenta y predispuesta al éxtasis… sí, algo así era. Desde que escuché eso me dí cuenta de lo ciego que era y ¡con razón el dicho que dice “no hay peor ciego que el que no quiere ver”! Por eso te digo, ¡abrí los ojos! Que acá sentado con cara de pelotudo inanimado, vas a terminar siendo el mismo inerte y maricón por los próximos veinte o treinta años… Sí, probablemente tus ideas van a cambiar, pero de la potencia al acto, ¿cuándo vas a pasar? Dejame que me ría de vos un rato, ¡joder! Que no entendés un carajo porque hace tiempo te olvidaste que en realidad nada de esto está sucediendo, que tu mente perversa se ríe de vos, como yo, y que este bar, vos y yo, somos sólo reclutas de la imaginación del Señor que está sentado en la mesa del fondo, escribiendo como una máquina enfurecida y escuchando a Benny Goodman tocar “Take the A train”.

Friday 20 November 2009

I'm so done, love


El mundo parece acabar
Con tus suaves caricias
De tinte rojo y negruzco.
El silencio perdona el exceso,
Se sublima el aire y el tacto,
Y como cascada caen los deseos,
Que irrumpen agitados,
Cual fogosa tempestad.

La brisa recostada a mi lado
Canturrea sonetos de amor:
“si Do suspirara secretos,
Fa-Re hablaría de vos.”
Vibran las notas
Al son y al ton
Como ensoñaciones melódicas.

Tus labios extasiados, fervorosos,
Dibujan senderos vedados a otros.
Son un sinfín de delirios amalgamados
Que explotan con furia falaz.

Pero el tiempo seduce al olvido,
Recubre de nada a la esperanza,
Se agita el recuerdo y sucumbe,
Y se duerme la suerte abandonada.

Vuelve la música y trae consigo
Espinas de tinte rojo y negruzco.
Duelen caricias y amores,
Arde el tiempo en las venas,
Duele el sol por las mañanas
Y la luna en las madrugadas.
Duele no verte de nuevo,
Duele que los días olviden tu melodía agridulce,
Duele sentirte distante
Y saberte tan fuera de mí.

Monday 16 November 2009

Luna atemporal


Dos lunas se encuentran
entre sales y arena.
Se turba el cielo del tiempo
con sueños que caen extasiados.

La Loca despierta y se ríe,
el sol se suicida en Oriente,
las lunas se miran y temen.
¿qué será cuando la noche se acabe?

La Loca respira el humo de antaño.
Grita que la sal
y que el aire,
que el mar y su risa,
que todo es un sueño desorbitado.
Las lunas suspiran y temen,
¿qué será cuando el sueño se acabe?

No hay noche, ni risa, ni sueño,
no hay tiempo que pase
ni que dicte sentencia.
Hay soles y ocasos que duermen,
hay pasiones que nacen y mueren.

Las lunas se sienten
y entienden
que siendo lunas
o sal
o sueño
se abrazarán en apasionados revuelcos.

Ya no temen las lunas
si la noche se acaba
o el sueño se termina…
La Loca se ríe del tiempo,
y el tiempo llueve
como sal y agua.

Sunday 15 November 2009

Ella

Ella caminaba por la calle sin saber qué hacer. Estaba al borde del abismo de la locura, como si siempre hubiese estado allí, pero ciega como para poder notarlo. Esto no era así, repetía constantemente. Sus ojos azulados eran el espejo de su alma pulverizada. No llevaba rumbo alguno, sólo caminaba como sonámbula por las calles porteñas. Y si el tiempo pasaba y la ciudad vivía y el cielo tronaba diez mil augurios, ¿qué importaba? Sólo quería someterse al desdén que sentía tan fanáticamente dentro de ella. Entonces era caminar por una calle sombría, trazar un camino de desalientos y deshacerse ante la lluvia intermitente que agolpaba a toda la ciudad.
Gris como el cielo de ayer; noche furibunda. ¡Que todo se haga agua! Que yo soy un nebuloso pensamiento que vagabundea, sin luz ni sombra vuelvo a pensar que esto no era así… que todo se esfuma porque nadie lo supo mantener. Si todos fuésemos aves, ¿a dónde volarías vos, nihilista acobardado?
Y Buenos Aires conoció la desgracia de un charco que fue pisado por una mujer desolada. ¡Tantas veces uno ve lo que ni siquiera se imagina!

Monday 2 November 2009

Conclusiones sin sentido al estilo surrealista

Y el cielo se vuelve gris cuando todo acaba y el mar deja de girar como el sol. Somos tan irreales, tan efímeros. Una y otra vez vos me miras como un loco; yo que te quiero tanto y vos tan ausente. Una y otra vez vas y venís como queres. Jugas a ser una libélula y cuando llueve apareces como un perro lastimado, con la cola entre las patas. Nunca supe qué eras y mucho menos voy a saber si sos en realidad. Sólo puedo verte a través del jarrón de agua que volcaste el otro día, ese que yo quería conservar porque me enloquecía su figura vanguardista. Ahora son solo pedazos… pequeños fragmentos que flotan en el tacho de basura, llenos de sangre, porque acordate que queriendo levantar tu desastre, tu descuido, el cristal (así de frágil como se veía) me cortó las manos por ser tan distraída y atolondrada… y ahora llueve sangre de mí como antes lo hacían las lágrimas. ¡El jarrón! ¡El jarrón! ¿No te das cuenta que ahora ya no hay nada?