Sunday 18 October 2009

Esa sensación


"Creo que la verdad está bien en las matemáticas, en la química, en la filosofía. No en la vida. En la vida es más importante la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza. Además, ¿sabemos acaso lo que es la verdad? Si yo le digo aquel trozo de ventana es azul, digo una verdad. Pero es una verdad parcial, y por lo tanto una especie de mentira. Porque ese trozo de ventana no está solo, está en una casa, en una ciudad, en un paisaje. Está rodeado del gris de ese muro de cemento, del azul claro de este cielo, de aquellas nubes alargadas, de infinitas cosas más. Y si no digo, todo, absolutamente todo, estoy mintiendo. Pero decir todo es imposible, aun en este caso de la ventana, de un simple trozo de la realidad física, de la simple realidad física. La realidad es infinita y además infinitamente matizada, y si me olvido de un solo matiz ya estoy mintiendo. Ahora, imagínese lo que es la realidad de los seres humanos, con sus complicaciones y recovecos, contradicciones y además cambiantes. Porque cambia a cada instante que pasa, y lo que éramos hace un momento no lo somos más. ¿Somos, acaso, siempre la misma persona? ¿Tenemos, acaso, siempre los mismos sentimientos? Se puede querer a alguien y de pronto desestimarlo y hasta detestarlo. Y si cuando lo detestamos cometemos el error de decírselo, eso es una verdad, pero una verdad momentánea, que no serás más verdad dentro de una hora o al otro día, o en otras circunstancias. Y en cambio el ser a quien se la decimos creerá que ésa es la verdad, la verdad para siempre y desde siempre. Y se hundirá en la desesperación. "

"-Todos estamos tristes, muchachos. No nos engañemos. ¿Y por qué estamos todos tristes? Porque nuestro corazón está insatisfecho, porque sabemos que somos unos miserables, unos canallas. Porque somos injustos, ladrones, porque tenemos el alma llena de odio. Y todos corren. ¿Para qué, les digo yo? ¿Adónde? Todos luchan por tener unos mangos, ¿para qué? ¿Acaso nos vamos a morir todos? ¿Y para qué queremos la vida si no creemos en Dios?"


Ernesto Sabato, Sobre héroes y tumbas

Tuesday 6 October 2009

Conversemos un rato


Martín: “A veces todo gira alrededor de mis ojos, da vueltas como intentando explicarme algo. La luz se prende y se apaga y yo que quiero escribir esta carta. Estoy podrido. Si me siento es porque me senté al revés y si me quedo parado es porque soy un insensible. Quién entiende, che. Al final todos están más locos que yo…”

Enrique: “Vos siempre te las ingenias para exasperarme. Algún día te voy a revolear el mate por la cabeza, a ver si entendes que hoy es Domingo y se descansa. Yo no sé porque pensas tanto…los Domingos no se piensa, se esta tirado en un sillón durmiendo y, de vez en cuando, escuchando los disparates que dicen por la radio. El otro día escuche que un periodista decía que la sociedad era enajenante… después me olvide de seguir escuchando, pero vaya si dicen idioteces.”

Martín: “Pucha, che. ¡Esta luz! ¿Qué decís? ¿Que el Domingo la radio te enajena? Vos si que sos especial, no te aburrís de acotar cosas que no tienen sentido, Enrique. Volvé al sillón, acá se está más tranquilo cuando vos no estás dando vueltas. Perturbas la línea de mis pensamientos y la carta me esta dejando de gustar. Andá, pero dejame el mate.”

Enrique: “La sociedad te enajena, te enajena… te enajena. ¡Já! El mate te lo dejo, pero me voy a dar una vuelta, no vaya a ser que las palabras de tu carta quieran llegar a mis oídos… sería como escuchar al viejo de la radio diciendo que los hombres somos desertores de la vida. ¡Por favor, hoy es Domingo, querido, hoy es Domingo!”

Martín: “Mañana es Lunes”

Enrique: “¿Y?”

Martín: “Nada, sólo pienso que mañana te vas a dejar de joder un poco con el Domingo. Andá que te quedan pocas horas…”

Enrique: “Sí… cuatro horas, treintidos minutos y cincuenta milésimas de Domingo me quedan. Siempre los Domingos me hacen acordar a los Lunes igual.”

Sunday 4 October 2009

Será que somos como locos asustados


Cuando el caos se convierte en realidad y todo se transforma. Encontrarme sentada al lado tuyo y, al mismo tiempo, no estarlo. Mirar los rostros como queriendo entender qué sucede, pero estar volando por otros lados. A veces es un ataque de psicosis extremo, otras veces es un puente que me invita a caminarlo y que me lleva hacia el otro lado. ¿Qué otro lado? Lo mismo me pregunto, nunca sé que "otro lado" será esta vez, siempre es diferente, todo cambia, nada vuelve. Quizás será que somos como locos asustados, vaya uno a saber.

Y me topo casi siempre, sí, casi siempre, con esa cara de amargura, de desprecio, que intenta reivindicarme al ahora y al acá, al momento... yo no entiendo... a mí me gusta irme por aquellos senderos en los cuales nunca sé que va a pasar. Caminar agarrada de la mano de un extraño, soltar una carcajada al aire sin que nadie diga nada, dejar que mis pensamientos se escapen por mi boca como un monologo interno que no busca respuestas ni comprensión, perderme intensamente en el vacío y estar profundamente conectada con algo que esta más allá... yo no entiendo, qué problema hay con que seamos anormales, que seamos diferentes. Y sigo riendome sola, sin poder contenerme... qué gracia, che, que nos separen abismos tan grandes estando tan pegados unos a los otros. Como dije antes, estar sentada al lado tuyo, pero en realidad no estarlo.

Ayer, que cosa rara, me cruze con un alguien, un alguien para otro, porque para mí era simplemente un extraño (como todos, ¿no?) y cuando me habló fue como si hubiese sacado las palabras de mi boca, como si yo, o mi alma, se hubiese metido en su cuerpo y lo hubiese obligado a decir lo que dijo.




"Todos viven apurados acá en Buenos Aires, corren una carrera que no existe. Y nosotros nos acoplamos porque no nos queda otra, ¿quién nos enseña que la vida es diferente? ¿El taxista que te pega un bocinaso porque tardaste una milésima de segundo en avanzar cuando el semaforo se puso en verde?"



Y entonces entré en parálisis y me reí, me reí mucho, tanto que ya no me acuerdo cuándo pare de reirme. ¿Cómo puede ser que a veces todos puedan ser más yo de lo que yo misma puedo ser? No sé que es lo que me enajena de mí misma, quizás un pirata me tiro por la borda de mi propia conciencia y ahora me ahogo en un mar desorbitado, buscando errante como salir. Y digo, ¿no?, si todo colapsara, mis pies serían mis manos y vomitaría flores para mi jardín. Sí flores, de colores o negras. Las pondría en un jarrón en mi mesita de luz y me sentaría a contemplarlas. Algún día podrían llegar a decirme algo, por eso yo me sentaría y las miraría hasta cansarme. Sólo digo que me vengan a buscar, no vaya a ser que la conversación con las flores que vomité se torne intensa y no pueda apartarme de allí. Quizás a vos te hablen también, pero lo más probable es que no las sepas escuchar.