Monday 22 June 2009

Tiempo congelado

Eternos minutos que nos separan. Un mar que nos prohíbe encontrarnos, agigantado por la pasión que no supimos desencadenar. Si digo que ya no te recuerdo, estaría mintiendo. Son tus labios, como dos rubíes, los que despiertan el fulgor dentro de mí. Tus palabras me acarician el alma lentamente. Tus silencios me desnudan con pudor, rasgando mi pureza que el pecado ya devoró. Y aún sigo siendo tan ingenua, tan ilusa… aún creo que somos nosotros dos los únicos que pecan por amor. Aún creo en tu sinceridad, que se desvanece estrepitosamente con cada hormona que no acallas. Si pudiera poseerte una vez más… si existiera algún modo… alguna esperanza. Yo podría ser lo que tú jamás soñaste. Yo podría ser lo que nunca me dejarías ser…