Sunday 4 July 2010

¿Quiénes somos?

¿Quiénes somos? A veces me gustaría poder entender esto. ¿Qué hacemos acá? No, no estoy en modo existencialista, pero ¿nunca se preguntaron el porqué de todo? A mi me invade la ignorancia a cada esquina de la vida, yo no la elijo, ella me elige a mí. Y no es que no pueda vivir sin esta respuesta… simplemente tengo la curiosidad de querer responderla. ¿Sentiré satisfacción después de tocar fondo? Quien sabe. Sin embargo, sé que no. El conocimiento nos hace gratos, pero cuando uno excede el límite de lo que su mente le proporciona, entonces entra en un delirio constante de grandeza que solo lo conduce a la perdición. Ni la ignorancia pura ni el conocimiento absoluto hacen feliz, aunque siempre estemos sedientos de él y siempre queramos más. Te invito a abrir los ojos conmigo, a sentir como todo el universo gira desconsoladamente y como nosotros somos un punto efímero en el apocalipsis de la vida. ¿Lo podes sentir? ¿Sentís como corre el agua, como el viento revolotea, como el pasto se acomoda a su paso, como el sol brilla y se apaga, como la luna desborda la noche? ¿Sentís que hay algo más? Algo como qué te preguntarás. Y yo te digo: algo que es como un soplo de vida, algo que se plasma como esencia, algo que nos toca en la parte más íntima del alma y le susurra suavemente… entonces la mirada se ofusca, la negrura trastorna la visión y, cuando por fin la luz siembra su cosecha en nuestros ojos, ya no entendemos nada. Esa visión clara se vuelve opaca y no importa en dónde estés, qué estés haciendo en aquél momento o quién seas, de repente todo se convierte en un nuevo comienzo, en un estar solo en el mundo y querer aprender a gatear y no encontrar la forma. ¿Sentías que eras feliz y ahora el vacío aparente te asfixia por dentro? Eso es sentir que hay algo más. Y el vacío es solo una manera en la que se manifiesta, porque en realidad no es un vacío sino que es una abundancia. Tu alma se está preparando para poder abarcar cosa tan infinita como aquélla, pero tu cuerpo carnal le prohíbe purificarse y entonces el vacío se resquebraja en tu interior. Y mi pregunta es, entonces, ¿alguna vez llegaremos a poder abrazar ardorosamente aquel elixir vital? ¿Alguna vez entenderemos quiénes somos y qué hacemos acá? ¿Se tenderá el puente para dejarnos pasar o viviremos mirando el otro lado sin saber cómo hacer para llegar?